Hablando de terapia con Ximena Guinguis
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De vez en cuando nos vemos enfrentados a situaciones difíciles de entender y manejar, y a eventos que pueden crear confusión, una sensación de estar atrapados, y/o reacciones y comportamientos poco saludables. La psicoterapia permite crear un espacio seguro y confidencial para llevar a cabo el proceso de exploración y comprensión de las emociones que afectan nuestro bienestar psicológico y emocional, y poder descubrir nuevas y/o mejores formas de enfrentarlas. Igualmente, facilita el reconocimiento de nuestras propias necesidades, dificultades, patrones repetitivos de conducta, ayuda a entender la imágen que tenemos de nosotros mismos y cómo nos relacionamos con los demás.
El objetivo de la terapia es el desarrollar nuestro nivel de auto-exploración, crear conciencia y promover el crecimiento personal. Durante este proceso, desarrollamos un mayor sentido de bienestar y de autenticidad, los que ayudarán a alcanzar el máximo de nuestro potencial.
Dependiendo de la profundidad de los problemas y de la capacidad de las personas para hacer frente a su impacto y consecuencias, algunos se optan por buscar apoyo profesional. La clave sin embargo, es ser capaces de mirar dentro de nosotros mismos e identificar los problemas sin juzgarlos o minimizarlos.
No es algo inusual el sentir temor o ansiedad cuando buscamos la ayuda de un terapeuta por primera vez. Sin embargo, no hay necesidad de preocuparse o sentirse avergonzado. Esto es perfectamente normal. Cuando una persona decide ir a ver a un psicoterapeuta, lo hace con la esperanza de que superará el miedo, el dolor o la tristeza que evocan ciertas experiencias personales. Hacer frente a estos conflictos nos hace sentir vulnerables y, a pesar de el deseo que tenemos de que la terapia nos ayude a enfrentar y sobrellevar esos sentimientos, es un hecho bien conocido que abordar y hablar de ellos puede generar ansiedad, en la medida que éstos se hacen 'visibles' y tomamos consciencia de ellos.
El cambio no sólo es posible pero, a menudo, es deseable. Esto no quiere decir que tengamos que cambiar nuestra personalidad, sino desarrollarnos lo mejor que podamos a medida que vamos aprendiendo a conocernos más y entender y manejar mejor nuestras limitaciones. Lo importante es saber que todos somos susceptibles de modificar nuestras actitudes, comportamientos y sentimientos. Abrazar los cambios provee una oportunidad única para mejorar nuestra calidad de vida y abrir una puerta para que logremos nuestro potencial.
El primer paso en el proceso de cambio y recuperación, es reconocer que algo esta afectando tu bienestar físico, psicológico o emocional. El segundo es buscar ayuda. Ambos implican gran coraje.
Espero tener la oportunidad de hablar contigo con más detalle, y ayudarte a superar tus problemas.