Especialidades
Situaciones Cotidianas
Dificultades en el Trabajo, Problemas de Relaciones Interpersonales, Manejo de los Procesos de Cambios, Asertividad, Mejoramiento de la Autoestima, Proceso de Expatriación, Desarrollo de Communicación Efectiva, Crisis de la Mediana Edad.
El proceso terapéutico te ayuda a identificar, analizar y entender lo que te preocupa y como esto afecta tu bienestar. Trabajando juntos, lográs desarrollar recursos internos para poder hacer frente a estas situaciones en manera diferente y más sana.
Algunos de los temas en los que podemos trabajar juntos:
Relaciones interpersonales
Las formas cómo nos relacionamos con el mundo externo representan un aspecto muy significativo de nuestras vidas y nos pueden brindar mucha felicidad y plenitud. Una conexión sólida con nuestros seres queridos, amigos y colegas de trabajo constituyen una fuente de amor, apoyo y guía, las que nos ayuda a sentirnos bien con nosotros mismos y ser productivos en nuestra sociedad.
Las relaciones humanas 'sanas' no se dan automáticamente, sino que éstas requieren de nuestro compromiso para alimentarlas, cuidarlas para que su calidad se siga fortaleciendo y creciendo con el tiempo. Cuando las relaciones con personas cercanas sufren cambios y/o a veces quiebres, esto puede provocar decepción, tristeza y confusión. En algunos casos entablamos relaciones personales que nos provocan mayores penas y angustias que buenos momentos, impactando directamente nuestra paz interna y calidad de vida. Por otro lado, para algunas personas puede ser difícil el desarrollar y mantener relaciones cercanas que sean sanas.
Estas situaciones se pueden explorar y analizar en el proceso terapéutico a través de la identificación y comprensión de las necesidades, deseos y expectativas que la persona tiene respecto de sus relaciones interpersonales.
Crisis de identidad
Quienes somos, o nuestra identidad, podría definirse como aspectos del individuo compuestos por múltiples roles que asociamos a conceptos, expectativas y comportamientos.
A lo largo de nuestra vida asumimos ciertos roles en forma natural o espontánea, mientras que otros nos son impuestos tanto por las circunstancias como por el entorno social en el que vivimos.
A medida que crecemos, maduramos y adquirimos más o mayores responsabilidades, la vida nos presenta desafíos que requieren que hagamos 'ajustes' a esos significados y expectativas. Por lo general, la mayoría de los cambios se producen gradualmente y, por lo tanto, su impacto es fácil de internalizar.
Sin embargo, existen ocasiones en las que el cambio debe de hacerse en forma más drástica de lo esperado o deseado, dificultando el proceso de adaptación y afectando aspectos importantes en nuestra identidad.
En estos casos, la tendencia natural es a rebelarnos, sobre todo al principio del proceso de cambio ya que éste puede evocar mucha confusión y angustia, para luego lograr equilibrio y nuevo sentido a aquellos aspectos que están cambiando.
Con alguna frecuencia nos quedamos 'estancados', en un estado de confusión y miedo que no nos permite evolucionar y lograr un ciclo de cambio sano. Esta situación a menudo puede desencadenar crisis emocionales y conflictos internos que pueden provocar ansiedad, depresión u otros, pudiendo desencadenar problemas de salud físicos y psicológicos.
Períodos de transición
Todos comenzamos a experimentar cambios desde el momento en que nacemos. Éstos pueden producirse de forma más lenta o más rápida dependiendo de la etapa de desarrollo en la que nos encontremos, y su impacto en nuestras vidas es generalmente imperceptible a leve y, a veces, más significativo. Nos referimos a esta sucesión constante de cambios como 'transiciones de la vida'.
Algunos cambios pueden ser simplemente graduales o bien ocurrir como consecuencia de nuestro propio deseo de hacerlos, como por ejemplo las relaciones con los padres, hijos, parejas, amigos o en el ambiente de trabajo, en que en la mayoría de los casos somos capaces de controlar y eventualmente hacerles frente de major manera.
Existen, por supuesto, situaciones imprevistas que nos obligan a transiciones no deseadas como consecuencia de experiencias traumáticas, como la pérdida de un ser querido, ser despedido del trabajo, o de sufrir un accidente grave. Entre las transiciones más difíciles y duraderas está el envejecimiento, a cuyo proceso no sólo es difícil de hacerle frente y aceptarlo, sino que también es inevitable.
Especialidades
Problemas Psicológicos
Elaboración y Resolución de la Pérdida y Duelo, Autoestima, Seguridad en Sí Mismo, Frustración, Manejo del Estrés, Abuso Físico, Emocional y Sexual.
El proceso terapéutico te ayuda a identificar, analizar y entender lo que te preocupa y como esto afecta tu bienestar. Trabajando juntos, lográs desarrollar recursos internos para poder hacer frente a estas situaciones en manera diferente y más sana.
Algunos de los temas en los que podemos trabajar juntos:
Pérdida y duelo
El duelo es un sentimiento de profunda tristeza que puede sobrevenir como consecuenciade de alguna pérdida, más frecuentemente asociada con el fallecimieento de un ser querido, como un miembro de la familia, un amigo, e incluso una mascota. La propia enfermedad terminal de un individuo, un divorcio o un proceso de expatriación son todos eventos que también pueden causar mucho dolor.
Las etapas de duelo y el dolor a menudo se definen como la negación y aislamiento, ira, negociación, depresión y aceptación. A pesar de que todas las personas atraviesan por este inevitable proceso en algún momento de sus vidas, el orden en que éstos suceden no necesariamente ocurren en la secuencia propuesta (Elizabeth Kubler-Ross), y se sienten con mayor o menor intensidad, profundidad y duran mayor o menor tiempo dependiendo del tipo de pérdida, y en función de la capacidad de las personas para enfrentar sus emociones.
El duelo es un proceso de índole muy personal, y por lo tanto no existe una manera 'correcta' de experimentarlo. Cada individuo recorrerá su propio camino hacia la recuperación a través del cual, por supuesto, habrá altibajos, pero esto es normal.
Lo importante en todo esto es que, a pesar del gran dolor que una pérdida puede causar, las personas son capaces de sobrevivir y sobrellevar estas situaciones.
Abuso
Maltrato físico, verbal, sexual o emocional puede hacer daño psicológico y generar sentimientos negativos más difíciles de sanar que el daño físico. Todos los tipos de abuso son dolorosos y pueden causar trastornos psicológicos. No es inusual que una víctima sufra más de un tipo de abuso, y que éste pueda ocurrir dentro de una relación familiar, profesional, social, o también entre extraños. Muchas formas de abuso tienen su orígen en el 'poder', en el que una persona intenta repetidamente controlar o manipular el comportamiento de otra. El abuso emocional o psicológico puede incluir un patrón crónico de crítica, coerción, humillación o amenazas a la seguridad física. Incluso, la negligencia infantil es también una forma de maltrato psicológico.
Los abusadores suelen ser personas con carencias emocionales y muy necesitados de sentir control sobre otros. Dado que los agresores a menudo han sido víctimas de algún tipo de abuso, éstos tienden a repetir el mismo comportamiento, haciendo sentir a la víctima aquellos sentimientos profundamente arraigados de vergüenza y carencia, que existe en ellos mismos.
Ciclos de abuso a menudo se basan en una intensa necesidad de amor y afecto, temor al abandono, baja autoestima, aislamiento y/o el abuso de drogas o alcohol. La ira incontrolable, los celos, la necesidad de poder y la incapacidad de respetar los límites de los demás, son características comunes que se encuentran en los abusadores.
Las relaciones abusivas suelen ser graduales, por lo que las necesidades de una de las partes se van intensificando, a la vez que las de la otra van desapareciendo junto con su autoestima. Si bien el abuso de cualquier forma puede tener un impacto negativo en la vida de un individuo, no necesariamente toda persona que sufre de abuso tendrá problemas emocionales o psicológicos significativos. La gravedad de las repercusiones psicológicas pueden variar dependiendo de muchos factores, como el tipo de relación entre el abusador y la víctima, y si acaso la dinámica entre ellos fue reconocida o ignorada por los amigos y familiares de las víctimas.
Como adultos, los sobrevivientes de abuso pueden experimentar dificultades para mantener relaciones saludables, y productividad disminuída en el trabajo. Aquellos con mayor riesgo de desarrollar una depresión tienden a experimentar problemas psicológicos adicionales tales como ansiedad, ira, disociación, trastorno de estrés postraumático, trastorno autodestructivo y/o dificultades para establecer lazos de confianza.
La terapia puede ayudarte a expresar y poner en palabras aquellas emociones difíciles asociadas con la experiencia del abuso. Es importante perdonarse a sí mismo para así poder cuidarse y protegerse, e igualmente para poder manejar en forma más sana aquellos momentos en los que te sientes emocionalmente abrumado. Este proceso te dará la fortaleza para volver a confiar en ti mismo y en la realidad externa.
Autoestima
Se podría definir brevemente como un conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias de nuestro propio comportamiento. En resumen, es la percepción evaluativa u opinión que tienen los individuos sobre si mismos, la que se desarrolla a partir de las relaciones y experiencias que tienen durante su vida. La autoestima tiende a variar con el tiempo y con las condiciones del entorno social y/o laboral.
Todos experimentamos baja autoestima en algún momento, por lo general como una respuesta a los acontecimientos externos. Sin embargo, cuando la baja autoestima se mantiene por un largo tiempo, ésta puede llegar a perjudicar las relaciones con los demás, disminuir seriamente la confianza en sí mismo y afectar la capacidad para hacerse valer frente a otros, creándose así frustración e infelicidad.
Estudios han demostrado que la baja autoestima también se relaciona con las distintas formas de abuso, así como con la depresión. En el proceso terapéutico exploramos e identificamos aquellos aspectos en tu vida que requieren cambiar, evolucionar y/o madurar.
A medida que comienzas a desarrollar recursos internos más sanos y fuertes, recuperarás la confianza en ti mismo. En otras palabras, experimentarás una notable mejoría en tu autoestima.
Especialidades
Problemas Clínicos
Ansiedad, Depresión, Ataques de Pánico, Trauma, Trastornos del Estrés Post Traumático, Fobias, Trastornos del Estado de Ánimo, Obsesiones y Compulsiones.
El proceso terapéutico te ayuda a identificar, analizar y entender lo que te preocupa y como esto afecta tu bienestar. Trabajando juntos, lográs desarrollar recursos internos para poder hacer frente a estas situaciones en manera diferente y más sana.
Algunos de los temas en los que podemos trabajar juntos:
Depresión
Es muy natural sentir tristeza, falta de interés o tener dificultad en llevar tu vida como lo harías normalmente. Sin embargo, si este estado de ánimo lo sientes casi todos los días por un período superior a dos semanas, entonces muy probablemente estés experimentando un trastorno depresivo.
Este estado de ánimo se manifiesta, adicionalmente, con la aparición de sentimientos de desesperanza, falta de energía y motivación, alteraciones del sueño, cambios de peso, y sentimientos de culpa. Incluso pequeñas tareas rutinarias tal como levantarse en las mañanas, mantener la concentración y relacionarse con otras personas, se convierten en un esfuerzo abrumador.
En general este trastorno afecta el funcionamiento diario de los individuos, distorsionando la percepción de la realidad externa y en el que predomina una sensación de como si la vida comenzara a apagarse. Todo lo que alguna vez fue placentero, de repente pierde su significado. A pesar de que buscar ayuda también puede llegar a sentirse como un obstáculo más, es muy importante hacer un esfuerzo y contactar a un profesional de la salud mental. Bien puede ser que lo que estás experimentando sea de naturaleza circunstancial y por lo tanto más fácil de tratar. Por otro lado, si las causas que contribuyen a la depresión están profundamente arraigadas, probablemente el trabajo terapéutico será más extenso.
El hablar, entender y trabajar en aquellos problemas que nos aquejan, ayuda a ver y sentir las cosas en forma diferente, y permite producir cambios internos necesarios para recuperar nuestro equilibrio y bienestar psicológico y emocional.
Ansiedad
En ciertas ocasiones, tanto en el ambiente de trabajo, en nuestras relaciones interpersonales y/o la vida en general, se presentan situaciones que provocan estrés y un estado general de preocupación. Ésta es una reacción natural que generalmente desaparece después de algunas horas o días, dependiendo de las circunstancias y cómo respondemos a ellas. Sin embargo si este estado de estrés persiste, y se presenta junto con síntomas de falta de concentración, preocupación excesiva, tensión muscular, malestar estomacal, miedo y confusión, entonces la ansiedad se convierte en un trastorno.
El estado constante de ansiedad puede crear distorsiones cognitivas que provocan una respuesta física y emocional, creando un círculo vicioso que puede llegar a ser no sólo muy debilitante sino que, igualmente, puede transformarse en un obstáculo en nuestra capacidad para funcionar bien.
La ansiedad es una de las razones más comunes por lo que las personas buscan tratamiento psicológico debido a que ésto puede interferir con sus relaciones interpersonales, patrones del sueño, hábitos alimentarios, el trabajo, la escuela y sus actividades rutinarias.
La terapia puede reducir o eliminar los síntomas asociados con la ansiedad en un tiempo relativamente corto, permitiendo recuperar un sentido de control de manera significativa y a reanudar las actividades cotidianas en forma normal.
Aunque es probable que no puedas identificar cual es la causa de tu ansiedad, al cabo de algunas sesiones de terapia serás capaz de determinar su origen. A lo largo de la jornada terapéutica trabajaremos juntos para que puedas lograr comprender cuál es la causa de esas preocupaciones y superarlas.
Trauma (en general)
El trauma es producto de un evento estresante que hace que una persona se sienta seriamente amenazada emocional, psicológica o físicamente. La mayoría de las personas experimentan un evento traumático en algún momento de su vida, como por ejemplo un accidente de tráfico, abuso o negligencia, la muerte inesperada de un ser querido, un acto criminal violento, o la exposición a la violencia de la guerra.
Con el tiempo la gente puede recuperarse de un trauma, especialmente en aquellos casos en que exista un apoyo firme y decidido por parte de familiares y amigos. En otros casos, sin embargo, los efectos del trauma son duraderos llevando a las personas a vivir sintiendo profundo dolor emocional, miedo, confusión, o trastorno de estrés postraumático (TEPT) mucho después de que el evento haya ocurrido.
El efecto psicológico esencial del trauma es una 'pérdida' de la inocencia. Se crea una pérdida de fe en que no existe ninguna seguridad, previsibilidad, o significado del mundo, ningún lugar seguro en el que refugiarse. Implica absoluta desilusión.
‘Debido a que los acontecimientos traumáticos a menudo no pueden ser procesados e integrados por la mente y el cuerpo como lo son otras experiencias, el trauma entonces adquiere ‘vida propia’. Éste, a través de sus efectos continuos, ‘persigue’ al sobreviviente y le impide llevar una vida normal hasta que la persona reciba ayuda. La psicoterapia es la forma más eficaz de tratamiento para lograr restablecerse de los efectos del trauma.
La terapia puede ayudar a darle sentido a tus experiencias y sentimientos, a desarrollar planes para permanecer 'a salvo', y para desarrollar habilidades para hacerles frente en forma saludable.
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