El Complejo Panorama de las Relaciones Humanas

En este artículo me gustaría explorar el complejo panorama de las relaciones humanas. Y me refiero a ‘panorama complejo’ más que a ‘naturaleza compleja’ simplemente porque el primero está determinado por el mundo interno y externo, mientras que el segundo es más limitado.

En mi opinión, la relación entre padres e hijos juega un papel significativo en la formación de quiénes somos. Por lo tanto, presentaré algunas ideas sobre las complejidades, las tensiones y el impacto psicológico que ésta tiene en el niño, los padres y en la propia relación.

La gente a menudo acude a terapia buscando formas de navegar las relaciones y conexiones humanas que están en constante cambio, especialmente en tiempos actuales donde vivimos en un mundo donde la tecnología, las redes sociales y la constante conectividad están cambiando cómo construimos, mantenemos y funcionamos dentro de estas relaciones. Podemos concordar en que, en general, el objetivo de las relaciones humanas es el de formar conexiones congruentes y significativas?

Volvamos a lo básico, de acuerdo? Sea cual sea la etapa de desarrollo, las relaciones entre padres e hijos son intrínsecamente complejas. Esto no solo impacta sino que también moldea cómo un niño se relaciona con los demás a lo largo de la vida. Para no cubrir todo el lapso de vida, reflexionaremos sobre este tema considerando al niño entre las etapas de la adolescencia y joven adulto.

Antecedentes generales

Debido al complejo panorama de las relaciones humanas, el vínculo entre padres e hijos es profundo e intrincado y moldea las vidas, comportamientos y bienestar emocional de ambas partes. Sin embargo, esta conexión no es inmune a desafíos. Las relaciones disfuncionales o las rupturas son susceptibles de ocurrir entre ellos y, nuevamente, es probable que tengan consecuencias de gran alcance para ambas partes.

Es difícil comprender el hecho de que, a veces, y por doloroso que sea, las ‘rupturas’ entre padres e hijos pueden ocurrir. Numerosos factores contribuyen a relaciones tensas o fracturadas. A menudo, tales situaciones son desencadenadas por una combinación de diferentes elementos que interrumpen la armonía dentro de la unidad familiar. Estos pueden variar desde abuso y/o violencia doméstica hasta reubicación (cambios de barrio, ciudad o país) y tensión general que, si no se abordan adecuadamente, pueden generar un quiebre en la comunicación y en el vínculo emocional.

La razón principal es la falta de comunicación efectiva. Malentendidos, malas interpretaciones o habilidades de comunicación insuficientes pueden resultar en sentimientos de negligencia, frustración o resentimiento, causando una brecha en la relación.

Además, el establecer límites y las propias expectativas en la relación pueden transformarse en una fuente significativa de tensión que va en contra de una relación más autónoma y satisfactoria.

Un Ejemplo Clásico

Todos sabemos muy bien lo que es tratar con un adolescente o joven adulto que acude a uno de los padres pidiendo permiso para hacer algo o ir a algún lugar como resultado de que el otro padre haya dicho ‘no’. Clásico, no es así? Esto no solo puede crear confusión en el padre más permisivo, sino que a menudo es la causa de discusión y/o frustración en la pareja, poniendo al joven en el centro de la tormenta. La causa de esto no es otra que la falta de claridad entre los padres para establecer acuerdos respecto de ‘las reglas del juego’ y dónde ‘trazar la línea’. Pero esto también funciona en ambos sentidos dado que, al enfrentar las posiciones conflictivas de los padres, el niño tenderá a resolver la situación por su cuenta, lo que puede resultar una experiencia muy difícil y estresante.

Caricatura mostrando padres retando a un niño que no les hace caso.

No habiendo aprendido a respetar un conjunto claro de reglas, esto puede contribuir a que la etapa natural del desarrollo en la que el niño se rebela contra los padres y el mundo pueda ser aún más compleja y difícil, incrementando la presión en el vínculo.

Padres e hijos pueden tener diferentes puntos de vista sobre objetivos de vida y valores personales. La perspectiva de los padres se basa en sus propias experiencias, elecciones y normas culturales, mientras que los hijos tienden a cuestionar, desafiar y criticar las ideas de los padres. El niño expresa sus deseos respecto de cómo quiere vivir su vida, generalmente rebelándose contra un camino externamente predeterminado.

Factores adicionales tales como problemas económicos, divorcio u otros proveen un terreno fértil para ocasionar quiebres en la comunicación, llevando a una ruptura en la confianza y el entendimiento. Y es por eso que hablamos del complejo panorama de las relaciones humanas.

Entonces, Qué?

Es preciso reconocer el hecho de que este tipo de crisis es un problema delicado y complejo, particularmente porque la dinámica de cada relación es única y, por lo tanto, difícil de generalizar. Por supuesto, dependiendo de las circunstancias (el panorama) de esta ‘ruptura’, el resultado puede ser malo o devastador, neutral o sano para una o ambas partes. Me gustaría enfatizar el hecho de que esto no es un juego de ‘ganar o perder’, y las consecuencias son traumáticas. Las intensas emociones que despierta esta situación deben ser vividas, procesadas e integradas en el mundo interno.

Imagen de pareja de padres que muestran sus emociones durante una discusiónLos impactos psicológicos de las relaciones tensas o de estos quiebres descritos son profundos. Para los padres, los sentimientos de culpa, dolor o fracaso pueden ser abrumadores. Un sentimiento de decepción por la incapacidad de mantener un vínculo amoroso y de apoyo con sus hijos pueden generar mucha angustia e incluso importantes problemas emocionales tales como, entre otros, depresión y ansiedad.

Los efectos en los hijos pueden ser igualmente significativos, pudiendo experimentar una gama de emociones como ira, soledad o un sentido de abandono. La ausencia de una relación sana con los padres puede afectar su autoestima, llevándolos a problemas de comportamiento, dificultades académicas y desafíos para formar relaciones en sus propias vidas.

Estos impactos psicológicos pueden tener efectos duraderos, no solo afectando a los individuos involucrados, sino también a las generaciones futuras. Por lo tanto, abordar y reparar estas relaciones fracturadas es crítico, y la mejor opción, para el bienestar de ambos, padres e hijos.

El deseo de reparar la relación está implícitamente presente en ambas partes. Sin embargo, en ocasiones, mantener la distancia pareciera ser la ‘elección correcta y sana’. En consecuencia es extremadamente importante, incluso aconsejable, llevar la relación a una conclusión de la mejor manera posible para ambas partes.

Algunas Estrategias

Las estrategias para enmendar relaciones tensas entre padres e hijos implican un enfoque multifacético.

La calidad de la comunicación es la pieza central en un proceso de reconciliación. Mantener conversaciones abiertas y sin prejuicios donde ambas partes puedan expresar sus sentimientos, pensamientos y preocupaciones es esencial. Decir lo que se necesita decir, clara y explícitamente al otro. Escuchar activamente y mostrar empatía hacia las perspectivas del otro puede fomentar la comprensión y la sanación.

Imagen de dos niños sentados sobre un cajón con caras tensas y tristesEstablecer límites y expectativas realistas es otro aspecto crucial. Tanto los padres como los hijos necesitan entender y respetar las limitaciones y necesidades de cada uno. Establecer límites saludables ayuda a crear una relación armoniosa basada en el respeto mutuo.

Buscar ayuda profesional, como la terapia familiar, también puede ser instrumental en la resolución de conflictos y el mejoramiento y/o fortalecimiento de la comunicación y la relación. Una tercera persona que sea neutral, puede contribuir a contener y ayudar con la discusión, explorando problemas subyacentes que son difíciles de abordar, especialmente cuando estamos enfrentados con el complejo panorama de las relaciones humanas.

Cualquiera que sea el resultado del progreso en la reparación de la relación, es esencial reconocer que este es un proceso bastante agotador que requiere tiempo y esfuerzo de ambas partes. La paciencia, el compromiso y la consistencia en los esfuerzos para reconstruir la confianza y el vínculo son vitales.

 

Si estás enfrentando situaciones de difícil manejo en las relaciones intra-familiares, no dudes en contactarme para terapia individual. Juntos, podemos desarrollar las habilidades necesarias para resolver dichas relaciones.