Menopausia

Nadie te prepara realmente para la menopausia. Claro, la gente bromea sobre los sofocos y los cambios de humor, pero nadie se sienta contigo para decirte: “Por cierto, en algún momento tu cuerpo va a cambiar tanto que vas a sentirte como una extraña dentro de tu propia piel”. La menopausia no trata solo de lo que pasa en tu cuerpo, sino también de lo que sucede dentro de él. A menudo se describe como un período de transición y transformación, uno que no solo tiene un impacto físico profundo, sino también emocional.

Recuerda, somos como una máquina y, al estar finamente ajustada, cada sistema en nosotras está interconectado. Cada sistema interno se ve afectado por este cambio, iniciando una transformación que toca no solo el cuerpo, sino también el bienestar emocional y el sentido de identidad. Aunque a veces abruma, este proceso también puede fomentar el crecimiento al replantear perspectivas y redefinir prioridades para el siguiente capítulo.

Las Diversas “Caras” de la Menopausia

Hormonas

Ciclo de vida del estrógeno en la mujer

Todo empieza con las hormonas, principalmente estrógeno y progesterona, que poco a poco «hacen las maletas» después de años de llevar el mando. El estrógeno no sólo está relacionado con el sistema reproductivo sino que apoya la función cerebral (protege las neuronas y favorece la memoria), el estado de ánimo, consistencia de los huesos, el funcionamiento del corazón, la calidad de la piel e incluso de las articulaciones. La progesterona ayuda a regular el sueño, el ánimo y la temperatura corporal.

Cuando los niveles caen, se siente como si el cuerpo hubiera repentinamente tirado del freno de emergencia.

Niebla Mental

Has entrado en una habitación y olvidado al instante por qué estabas ahí? O te has quedado a mitad de frase sin encontrar las palabras? Eso es, precisamente, lo que la neurocientista Lisa Mosconi, experta en el cerebro femenino, llama “niebla mental de la menopausia”. No es tu imaginación… o quizá sí, pero no de la manera que la gente piensa. Cuando el nivel de estrógeno baja, la química cerebral cambia. De repente, concentrarse, recordar o pensar con claridad se vuelve un reto extra. Estos cambios mentales resultan frustrantes, a veces aterradores, y suelen tomar por sorpresa a muchas de nosotras.

Metabolismo

Otra sorpresa poco bienvenida: el metabolismo también se ralentiza. Cuando las hormonas deciden “jubilarse”, el cuerpo empieza a almacenar grasa en lugares donde jamás lo hizo antes. Ese peso que antes venía y se iba, ahora se instala como un huésped que no piensa en marcharse… Ahí está, sentado cómodamente en tu sala de estar, aferrado al control remoto de la tele…. Tu cuerpo reescribe sus reglas sin pedirte permiso.

Estado de Ánimo

Imagen con dos caras de una mujer, una de ellas deprimida y la otra alegre.La caída hormonal desregula nuestros sistemas. El ánimo se ve directamente afectado por la disminución del estrógeno. Al disminuir los niveles de estrógeno el cuerpo produce menos serotonina y dopamina, aquellas sustancias químicas que ayudan a mantenernos equilibradas y felices.

No nos extrañemos entonces si, de pronto, irrumpimos en llanto al ver en la tele un anuncio de coches o al enfadarse por cosas que antes no representaban un problema tale como, por ejemplo, cuando tu mascota insiste en que la mimes. Y no se trata sólo de “cambios de humor”. Para muchas mujeres, esta situación se traduce en ansiedad o tristeza más profunda, más pesada, que no siempre se relaciona con algo concreto. A veces se siente tan intenso que desearías tomarte un “descanso de ti misma”. Yo suelo  comparar esto con esas películas de ciencia ficción en las que el «alien» cambia de piel…

No, no estás siendo dramática. Simplemente te estás adaptando a una nueva realidad hormonal.

Sueño

Y luego está el sueño… o mejor dicho, la falta de éste. Puede que te quedes dormida sin problema, pero que te despiertas a las 2 de la madrugada, totalmente «despejada» y alerta, dando  vueltas en la cama porque sientes que tu cuerpo arde desde dentro. Los sudores nocturnos son una «broma cruel»… Te dejan exhausta incluso siendo que lo único que quieres es descansar.

Vida Social

Todos estos cambios también aparecen, o se reflejan en la conducta. No sería extraño si comenzaras a aislarte socialmente porque, por ejemplo, no te gusta cómo te ves o cómo te sientes. Puede que estés demasiado cansada o avergonzada para explicar porqué, de pronto, estás empapada en sudor. Quizás te muestres más irritable con los seres queridos o incapaz de concentrarte en actividades que antes disfrutabas. O bien, en algunos casos, puede pasar todo lo contrario, es decir, comenzar a renovar tus rutinas, proteger tu tiempo con «dientes y uñas», y entregarte de lleno a prácticas de autocuidado.

Sea como sea, la menopausia no sólo transforma el cuerpo, sino también la manera en que te relacionas con el mundo.

Pensemos juntas… te parece?

He descrito estos cambios con un poco de humor porque a veces reír ayuda. La menopausia marca una etapa natural de la vida, caracterizada por cambios físicos y psicológicos, un período de ajuste y redefinición de la identidad. Reconocerla, aceptarla e integrarla como una etapa de transición y transformación —es decir, como una etapa vital profunda— es fundamental. Puede hacernos sentir vulnerables, inseguras, incómodas o ansiosas.

Imagen de una mujer haciendo varias tareas al mismo tiempo

No olvidemos que la menopausia no se vive de manera aislada. Aún debemos lidiar con el estrés, las pérdidas y las complejidades de la vida diaria y de nuestras relaciones. A menudo representa el cierre de un capítulo que puede también considerarse como el “fin” de una versión más joven de nosotras mismas. Para muchas, esta etapa coincide con la independencia de los hijos, que ya no necesitan a su madre de la misma manera que antes. Aunque seguimos siendo madres, ese rol puede dejar de definirnos tan fuertemente. Por otro lado, la jubilación también puede traer aparejado un sentimiento de pérdida, tal como lo es ver envejecer a nuestros padres agudiza la conciencia de la vulnerabilidad, la fragilidad y la mortalidad.

Más allá de los cambios biológicos, la menopausia puede cargar con un peso psicológico profundo. El fin de la fertilidad puede despertar sentimientos de duelo o pérdida en algunas, mientras que para otras supone un alivio. Las actitudes culturales hacia la edad y la feminidad intensifican estas experiencias y, a veces, desafían nuestra identidad y autoestima. Y, aun así, a pesar de lo común que es este proceso, a las mujeres se nos dice, con bastante frecuencia, que “simplemente lo aguantemos”. Demasiadas mujeres sufren en silencio, sintiéndose aisladas, con sus vivencias minimizadas o ignoradas.

En serio? …. De verdad pretendemos, y quienes nos rodean pretenden, que lloremos en silencio y pasemos página rápidamente?

Entonces, qué puedes hacer?

El primer paso es reconocer que lo que estás viviendo es real y válido. No estás rota, ni estás fracasando. Estás atravesando una transformación profunda hacia una nueva realidad biológica.

  • Desde una perspectiva terapéutica, la psicoterapia puede brindar un espacio de apoyo para explorar y comprender esta transición, fomentando la reflexión, el auto-descubrimiento y el procesamiento de retos y pérdidas, al mismo tiempo que impulsa el crecimiento y el empoderamiento. Curiosamente, muchas mujeres empiezan a decir “no” con más frecuencia en esta etapa, ya sea por sabiduría o por cansancio.
  • De cualquier modo, establecer límites suele convertirse en un mecanismo de supervivencia. Aquellas cosas que antes tolerabas tales como responsabilidades extra, amistades tóxicas o simplemente ruido en tu vida, de repente se vuelven insoportables.
  • Desde un enfoque más tradicional, existen opciones que ayudan a suavizar el proceso. El modelo médico incluye la Terapia de Reemplazo Hormonal (TRH), que hoy muchos médicos consideran más segura de lo que se pensaba y potencialmente transformadora, aunque algunos siguen siendo cautelosos al recomendarla.
  • Además, prácticas de vida como el entrenamiento de fuerza, la alimentación consciente y la gestión del estrés fortalecen la resiliencia y apoyan la salud a largo plazo.

Reflexión Final

La menopausia puede convertirse en un período de reflexión y empoderamiento. Muchas mujeres aprovechan esta etapa para redefinir prioridades, abrazar el auto-cuidado y descubrir nuevas fuerzas en sus identidades en evolución. Reconocer y validar los efectos emocionales de la menopausia es esencial, y al buscar compasión y apoyo, ya sea en los seres queridos o en profesionales, este proceso puede transformarse de una lucha en una oportunidad de crecimiento.

En resumen, la menopausia puede cerrar un capítulo, pero también abre otro, uno que podemos escribir con resiliencia, sabiduría y un autocuidado sin pedir disculpas.

Si estás enfrentando dificultades en esta nueva y compleja etapa de tu vida, no dudes en contactarme para ver cómo puedo ayudarte a navegarla. Juntos, podemos desarrollar las habilidades necesarias para ayudarte a vivir de mejor forma este período de transición.